jueves, 25 de abril de 2013

Cuando los ciudadanos somos una molestia


Recuerdo como si hubiera sido ayer mismo, cómo el Partido Popular fue literalmente echado del gobierno en el año 2004 por mentir, por intentar envenenarnos con esas enormes mentiras del Prestige, de la guerra de Irak y especialmente por los trágicos sucesos del 11-M, en los que la mentira llegó a unos niveles insoportables. Y también recuerdo como si hubiera sido ayer mismo, cómo el Partido Popular ha vuelto de nuevo al gobierno mintiendo de la misma manera salvaje y despreciativa hacia todos nosotros, hace tan sólo año y medio. 

Y entre estas dos fechas, siete años nada menos, un montón de gente, unos cuantos millones de ciudadanos que “olvidaron” en esos siete años todas aquellas mentiras, y se creyeron de nuevo todos lo que los populares decían. Yo nunca los he creído, jamás me han merecido confianza ni me han dado motivos para creerles, y una vez tras otra lo han demostrado.

Lo que no alcanzo a entender es toda esa cantidad de gente que les creyó. Bien es cierto que de sus 10 millones de votos, hay al menos un 50 o un 60% que son fieles acólitos, personajes sin ideas propias que, digan lo que digan y hagan lo que hagan, siempre se creerán a los populares y les votarán, eso ya lo sabemos, son toda esa cantidad de gente que no piensan por sí mismos, o mejor dicho, que sólo piensan en sí mismos y no en la totalidad de los ciudadanos. Pero ese otro 40 o 50% que les votó porque se creyó sus argumentos, ¿qué dicen ahora?, ¿por qué les votaron?, ¿por castigar a Zapatero?. 

Ese es uno de los grandes problemas de nuestro tiempo, todos aquellos que votan no porque prefieran una opción, sino porque no quieren que gane otra opción. No se vota porque se elige a uno, sino para que no gane otro. Como decía un profesor de matemáticas que tuve hace mucho, no es ni más ni menos que la “simple reducción al absurdo”.

Estamos de acuerdo en que Zapatero no lo hizo bien en su segunda legislatura. Pero no, no voy a ser tan bobo de decir que la crisis económica es culpa suya, todos sabemos de sobra quienes andan detrás de ella, pero lo que no hizo bien Zapatero fue enfrentarse con “un par” a todos los males que hay detrás de la crisis. No se enfrentó a los banqueros, a los empresarios, a los creadores de la burbuja inmobiliaria, a los especuladores, a los corruptos, y en definitiva a todos aquellos que lo único que buscan es llevarse todo y esclavizarnos al resto. No se enfrentó a ellos y debería haberlo hecho y quizás, sólo quizás, ahora igual no estábamos en el desastre en que estamos.

Y los de ahora tampoco se enfrentan a los antes citados, es más, no sólo no se enfrentan sino que les apoyan y les dan más privilegios. Porque los de ahora a los únicos que se están enfrentando es a la población, un día y otro, y otro más. Y además lo hacen con muchas más mentiras si cabe, con mucha más chulería, con mucho más desprecio, y demostrándonos continuamente que les importamos absolutamente nada.

Jamás en la democracia se había dado tal grado de desprecio por la población, tal grado de aislamiento de los políticos, jamás en la democracia había ocurrido que se ordenara a la policía cargar contra la indefensa ciudadanía para proteger a los corruptos y chorizos, que no paran de robarnos y despreciarnos. Jamás ningún político nos había dicho tan a las claras y con tanta prepotencia y chulería, que somos un estorbo, una molestia y que dejemos de pelear por nuestros derechos porque están hasta las narices de que les molestemos. Jamás.

Y por eso espero que, cuando llegue el momento, no nos olvidemos de todo esto y les demostremos que quienes molestan y sobran son ellos. Y con nuestros votos y nuestra razón, les mandemos a freir espárragos, por no decir algo más contundente.