jueves, 25 de marzo de 2010

Encajar

Me llega el newsletter de éste mes de un importante grupo empresarial español dedicado a la selección, formación y consultoría en recursos humanos, y no he podido resistir la tentación de comentarlo.

Empiezo a leerlo y no puedo estar más de acuerdo en los argumentos con los que su presidente inicia el editorial, a saber, el aburrimiento y hartazgo que muchos tenemos de los “gurús” que parecen saberlo todo, pero que en mi opinión, nunca se mojan en nada.

Pero lo que me ha hecho esbozar una media sonrisa irónica es lo que dice a continuación, porque habla un hecho que, a pesar de que dice que es lo necesario en las empresas y lo demandado por importantes firmas de nuestro país que lanzan la Fundación Personas y Empresas, es un hecho que a mi personalmente se me expuso como argumento de mi cese hace dos años en un importante trabajo.

El hecho es sencillamente que según la consultora y las empresas que avalan la citada fundación, y cito textualmente sus palabras, “en la empresa de hoy debemos buscar personas con talento, no necesariamente personas que encajen en un puesto...esta es precisamente la definición del talento emprendedor: alguien que es capaz de trascender las fronteras organizativas y aportar valor añadido, esté donde esté, y haga lo que haga”.

http://www.grupoblc.net/index.php?option=com_content&view=category&layout=blog&id=11&Itemid=4)

Por supuesto estoy totalmente de acuerdo con el argumento porque es lo lógico y lo que tiene sentido común. Sin embargo, cuando hace dos años mi jefe me llamó a su despacho para decirme que me iba a la calle, me esgrimió dos argumentos que me dejaron atónito. La breve conversación fue más o menos como sigue:

- EL: Bueno, hemos decidido prescindir de ti porque en realidad queremos a alguien más junior que tu.

- YO: La verdad es que no lo entiendo porque mi departamento (yo era Director de Marketing y Comercial) es muy necesario, hay muchas cosas por hacer, y a pesar que llevo dos años sólo sin nadie que me ayude, he trabajado duro, lo he hecho bien y he conseguido muy buenos resultados como tú sabes…..

- EL: Si, así es…, pero bueno, realmente es que lo importante no es hacer el trabajo bien o no, lo importante es encajar…

Me quedé sin palabras y lógicamente ahí di por terminada la conversación. No me podía creer que me estuviera diciendo que si hubiera “encajado” (y yo sabía perfectamente a qué se refería, es decir, todo menos trabajo profesional y honrado), aunque hubiera sido un chapucero en mi trabajo, no me despedirían.

En fin, teniendo en cuenta que mi interlocutor había sido anteriormente una persona con un cargo demasiado importante en la administración pública en responsabilidades de empleo y que además es profesor universitario, mi indignación y estupefacción no tuvieron límite. No quise ni imaginar lo que enseñaría a sus alumnos y lo que haría en la administración.

Sin palabras…

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