sábado, 6 de octubre de 2012

No vuelvas, aquí no te quieren

Hace años, muchos años, cuando nuestro país vivía y pensaba en una única dirección, "cara al sol" aunque no con la camisa nueva porque pocos podían estrenar camisa, cuando había un general que se había erigido en nuestro padre, nuestra madre, nuestro guía espiritual e ideológico y cuando eso significaba algo así como fuera ideas y pensamientos, fuera libertades y no os ocupéis de nada más que aquí está vuestro "generalísimo" para ello, pues entonces como decía, España se convirtió en país de emigrantes. Aquí pese a lo que decían y hablaban los que entonces mandaban, no había más que miseria generalizada y riquezas y prebendas para unos pocos. Todo ello causado por una guerra absurda y por esas personas avariciosas, inhumanas y cínicas que siempre existen alrededor del poder.

Por entonces aquél que quería trabajar en algo que no fuera plantar berzas, servir copas a los señoritos, y que no tenía acceso a los círculos que proporcionaban puestos de funcionario o enchufes varios, no tuvo otro remedio que emigrar, unos se fueron a América Latina tras la guerra, pero en esos años 50 y 60, la mayoría emigraron a Alemania, Suiza, Francia, etc.

Aquello le vino muy bien a nuestro general, ya que aquellos hombres, además de quitárselos de encima y evitarse problemas, procuraban una corriente de dinero hacia sus "abandonados" familiares españoles, que venía muy bien a la dictadura. Entraban divisas, entraba dinero enviado por los emigrantes y eso era bueno. Además y no se si en ello tuvieron algo que ver los emigrantes, nuestros vecinos europeos comenzaron a descubrir nuestro país, nuestro sol, nuestras playas, nuestros monumentos y nuestras costumbres, y se empezaron a apuntar a una marea turística que ha sido desde entonces uno de los motores fundamentales de nuestra economía y de nuestro desarrollo.

Aquellos hombres y mujeres que se fueron en su día a poner ladrillos, a limpiar casas, a soldar tuberías y a otros trabajos de escasa cualificación, eran en su mayoría, personas poco preparadas intelectual y culturalmente, que se mataban en los trabajos de menor rango, con la esperanza de que su descendencia pudiera tener una suerte mejor. Muchos se iban unos años y volvían con su "dinerito" a montar algún negocio, otros se llevaban a la familia y volvían al jubilarse, y finalmente otros se han quedado para siempre allí, pero todos, de una forma o de otra, contribuyeron al desarrollo español y al desarrollo de las siguientes generaciones. Se iban los poco cualificados y aquí quedaban los ricos, los señoritos y los trepas.

España se desarrolló y las generaciones siguientes crecieron en formación y en nivel cultural, hasta llegar a tener actualmente la generación dicen, mejor preparada de nuestra historia.

Pero he aquí que esta generación está volviendo a ser emigrante porque aquí se le han cerrado todas las puertas, por parte precisamente de los mismos tipos de personas que había hace tantos años: ricos, señoritos, trepas y cínicos.

Pero mientras que aquella generación de emigrantes nos proporcionó riqueza y apertura al mundo, ahora esta generación nos dejará sumidos en la pobreza y el abandono. Porque esta generación son todos jóvenes, muy jóvenes, porque han visto que aquí no hay oportunidades para ellos, porque no van a mandar su dinero a España como hicieron sus abuelos o bisabuelos, porque están muy bien formados y se llevan con ellos sus conocimientos y posibilidades, y porque están en los inicios de sus vidas y no en las edades en las que se iban aquellos. Nuestros jóvenes se van, empezarán como quién dice una vida "casi nueva" allá donde recalen, y allá se establecerán muy posiblemente para siempre. No tendrán ganas de volver ni a medio ni a largo plazo, y cuando nos quedemos solos y pobres, cuando alguien quiera remediarlo, será ya muy tarde y ellos dirán: no vuelvo, aquí no me quisieron.

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