lunes, 15 de octubre de 2012

¿Qué quieren de nosotros?

Cuando uno se pone a pensar acerca de los acontecimientos que nos rodean, no puede hacer otra cosa que quedarse perplejo ante la sinrazón de la raza humana, mejor dicho, de algunas personas que forman parte de ésta raza y que deberían pertenecer mejor al mundo de las hienas y las serpientes.

Se levanta uno por la mañana y lo primero que hace es poner la radio, a ver qué nos cuentan con la salida del sol, y en ese momento, en ese preciso momento, empieza uno a cabrearse, a deprimirse y a que el café del desayuno se le empiece a agitar en el estómago como un fluido abrasador y traicionero, que parece que te empieza a agujerear todos los órganos internos.

Uno empieza a oir cosas sobre la bolsa, sobre la prima de riesgo, sobre la deuda, sobre las decisiones de los políticos de turno, sobre las payasadas de los gobernantes bocazas y ya tiene el día amargado. Vemos y oímos que el paro aumenta, que la pobreza se extiende, que las organizaciones de ayuda social ya no dan más de sí para atender al creciente número de personas que cada día en mayor número, acuden a por un poco de sopa, un poco de pan y ahora que llega el invierno, seguramente también algo de calor. Y uno se indigna.

Oímos a los políticos, empresarios y tertulianos de tres al cuarto, que hemos "vivido por encima de nuestras posibilidades" y a uno le entran unas inmensas ganas de estrangular a alguien. Nos recortan nuestros derechos y prestaciones sociales, ganados a pulso con el sudor y los impuestos de muchos años, y nos damos cuenta de que nuestros mayores empezarán a pasar calamidades, nosotros cuando lleguemos a su edad, si es que llegamos, estaremos en la indigencia, y los más pequeños pasarán frío y carencias en las escuelas.

Mientras tanto uno lee que los artículos de lujo aumentan sus ventas, que los millonarios en España doblarán su número en los próximos cinco años, que los que tienen sus dineros en las SICAV's han aumentado sus ingresos, que los empresarios aumentan beneficios a costa de poner a gente en la calle, y uno pasa de las ganas de estrangular a alguien a estados mucho más agresivos y peligrosos.

Y finalmente, lleno de impotencia, rabia y algunos sentimientos más, uno se pregunta, ¿qué es lo que quieren?, ¿que lleguemos a la esclavitud?, ¿que supliquemos trabajo y pan?, ¿que seamos como las plantas que nos echen un poco de agua cada día y tan contentos?.

¿Es que no se dan cuenta que la miseria y la pobreza lo único que genera es desesperación?, ¿y no se dan cuenta de que la desesperación no lleva sino a actitudes y acciones desesperadas e irracionales?.

Sinceramente cuando pase algo grave, demasiado grave y sin retorno, se acordarán de todas esas cosas que pudieron hacer para que todos viviéramos mejor y se negaron a ello.

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