“Aprobamos las cuentas de Bankia rápido para quitárnoslas de encima”.
El vicepresidente de la CEOE, Arturo
Fernández, cree que los consejeros no tenían que revisar los números de la
entidad si el auditor ya les había dado el visto bueno
El vicepresidente primero de CEOE,
Arturo Fernández que hoy declaró como imputado en el caso Bankia, dijo que los
"ex consejeros" que como él, aprobaron las cuentas reformuladas del
grupo que arrojaban pérdidas millonarias, lo hicieron para quitarse "esto de
encima de la forma más rápida posible". Fernández ha afirmado además que
"si Deloitte dice que están bien las cuentas, no voy a leerlas", han
informado fuentes jurídicas.
Fernández ha explicado que en los
consejos de administración no se analizaron en profundidad las cuentas y que
cuando tuvieron que rehacerlas el tema se abordó de "una forma muy
escueta".
Este hombre, segundo en importancia
de los empresarios españoles ha dicho estas cosas, por mucho que a los
ciudadanos normales y corrientes nos puedan parecer increíbles.
Este hombre que, por ese
"meticuloso, profesional y responsable" trabajo de consejero de
Bankia cobraba "solamente" 154.000 euros, no es otra cosa que un
redomado sinvergüenza.
Este hombre es de los que se hartan
de decir que "hemos vivido por encima de nuestras posibilidades", que
para salir de la crisis es "necesario trabajar más y ganar menos",
dice también que "los trabajadores españoles tienen que ser más
competitivos y más profesionales", y dice otras muchas cosas más, sin el
más mínimo pudor, sin la más mínima vergüenza y sin el más mínimo sentimiento
de solidaridad humana.
Este hombre es un indecente y
desgraciadamente hay muchos como él en nuestro país, ése es el gran problema
que tenemos, la cantidad de impresentables como él que se están llevando un
pastón por no hacer nada, por arruinar cuanto tocan, mientras dicen a voz en
grito que hay que rebajar salarios, que hay que abaratar despidos y que tenemos
que apretarnos el cinturón, que ya no es ni siquiera cinturón, es pura miseria.
Este hombre y todos los que son como
el se están riendo de nosotros, nos están llamando gilipollas a la cara y nos
están despreciando como si fuéramos pobres infelices que no debemos hacer otra
cosa que esperar los mendrugos de pan que ellos quieran tiranos como a los
perros. Este hombre y los que son como él, son los que nos están arruinando el
país y la vida por unas cuantas generaciones.
Y el día que alguien no pueda
aguantar más y en lugar de suicidarse como los desahuciados, le dé por salir a
la calle a "cortar cojones", todos estos se lo habrán ganado a pulso.
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