Recuerdo como si hubiera
sido ayer mismo, cómo el Partido Popular fue literalmente echado del gobierno
en el año 2004 por mentir, por intentar envenenarnos con esas enormes mentiras
del Prestige, de la guerra de Irak y especialmente por los trágicos sucesos del
11-M, en los que la mentira llegó a unos niveles insoportables. Y también
recuerdo como si hubiera sido ayer mismo, cómo el Partido Popular ha vuelto de
nuevo al gobierno mintiendo de la misma manera salvaje y despreciativa hacia
todos nosotros, hace tan sólo año y medio.
Y entre estas dos fechas, siete años
nada menos, un montón de gente, unos cuantos millones de ciudadanos que “olvidaron”
en esos siete años todas aquellas mentiras, y se creyeron de nuevo todos lo que
los populares decían. Yo nunca los he creído, jamás me han merecido confianza
ni me han dado motivos para creerles, y una vez tras otra lo han demostrado.
Lo que no alcanzo a
entender es toda esa cantidad de gente que les creyó. Bien es cierto que de sus
10 millones de votos, hay al menos un 50 o un 60% que son fieles acólitos,
personajes sin ideas propias que, digan lo que digan y hagan lo que hagan,
siempre se creerán a los populares y les votarán, eso ya lo sabemos, son toda
esa cantidad de gente que no piensan por sí mismos, o mejor dicho, que
sólo piensan en sí mismos y no en la totalidad de los ciudadanos. Pero ese otro
40 o 50% que les votó porque se creyó sus argumentos, ¿qué dicen ahora?, ¿por
qué les votaron?, ¿por castigar a Zapatero?.
Ese es uno de los grandes
problemas de nuestro tiempo, todos aquellos que votan no porque prefieran una
opción, sino porque no quieren que gane otra opción. No se vota porque se elige
a uno, sino para que no gane otro. Como decía un profesor de matemáticas que
tuve hace mucho, no es ni más ni menos que la “simple reducción al absurdo”.
Estamos de acuerdo en que
Zapatero no lo hizo bien en su segunda legislatura. Pero no, no voy a ser tan
bobo de decir que la crisis económica es culpa suya, todos sabemos de sobra
quienes andan detrás de ella, pero lo que no hizo bien Zapatero fue enfrentarse
con “un par” a todos los males que hay detrás de la crisis. No se enfrentó a
los banqueros, a los empresarios, a los creadores de la burbuja inmobiliaria, a
los especuladores, a los corruptos, y en definitiva a todos aquellos que lo
único que buscan es llevarse todo y esclavizarnos al resto. No se enfrentó a
ellos y debería haberlo hecho y quizás, sólo quizás, ahora igual no estábamos
en el desastre en que estamos.
Y los de ahora tampoco se
enfrentan a los antes citados, es más, no sólo no se enfrentan sino que les
apoyan y les dan más privilegios. Porque los de ahora a los únicos que se están
enfrentando es a la población, un día y otro, y otro más. Y además lo hacen con
muchas más mentiras si cabe, con mucha más chulería, con mucho más desprecio, y
demostrándonos continuamente que les importamos absolutamente nada.
Jamás en la democracia se
había dado tal grado de desprecio por la población, tal grado de aislamiento de
los políticos, jamás en la democracia había ocurrido que se ordenara a la
policía cargar contra la indefensa ciudadanía para proteger a los corruptos y
chorizos, que no paran de robarnos y despreciarnos. Jamás ningún político nos
había dicho tan a las claras y con tanta prepotencia y chulería, que somos un
estorbo, una molestia y que dejemos de pelear por nuestros derechos porque
están hasta las narices de que les molestemos. Jamás.
Y por eso espero que,
cuando llegue el momento, no nos olvidemos de todo esto y les demostremos que
quienes molestan y sobran son ellos. Y con nuestros votos y nuestra razón, les
mandemos a freir espárragos, por no decir algo más contundente.
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