Que sería más o menos lo
mismo que decir: de la Serranía de Ronda a La Moncloa.
Sí señores, ésta es la
triste realidad. En otros tiempos existían personajes como nuestro querido
Curro Jiménez, que aunque personaje ficticio, estaba basado en un personaje
real llamado Andrés López, el Barquero de Cantillana, al que por unos pleitos
con la justicia, le fue arrebatada su profesión de barquero y tuvo que huir al
monte.
Nuestro querido Curro era
un bandolero, sí, pero un bandolero entrañable, con corazón, que se jugaba el
pellejo para defender a los pobres y desamparados. Él luchaba para arrebatar a los ricos y señoritos, todo aquello que éstos habían conseguido explotando a
los más pobres y necesitados. Podemos decir que representaba la justicia del
pueblo, del pueblo llano, ése que no sabe lo que es ganar un pedazo de pan si
no es con el sudor de su frente. Cuando llegaba a sus oídos una injusticia, una
explotación del jornalero, un maltrato o cualquier tropelía por el estilo, allá
que acudía presto cabalgando raudo por las serranías andaluzas. Además también
era un patriota, luchaba sin descanso contra los invasores franceses para
echarlos de nuestra Andalucía y de nuestra España.
Todo un personaje,
honesto, justo y admirable, sí, aunque fuera un simple bandolero.
Pero amigos hoy los
tiempos han cambiado, y los bandoleros ya no se esconden en las montañas o en
los bosques, no qué va, ahora viven en lujosos pisos en la zona noble de las
ciudades, como Madrid, en lujosas urbanizaciones de élite, protegidos por
personal de seguridad por si acaso a algún pobre desahuciado se le ocurriera ir a
decirle que es un chorizo.
También tienen por
costumbre afiliarse y trabajar en partidos políticos, especialmente el popular,
en el que la cueva de Alí Babá a su lado, sería un simple mercadillo de
emigrantes o trabajadores del top manta. Tampoco se esconden de la justicia ya que ésta, si es que llegara a
condenarles, sería con penas tan insignificantes que el indulto posterior
estaría más que asegurado.
En cuanto a las
características que adornaban a Curro Jiménez, nada más alejado de ello que los
actuales bandoleros. Ellos no se lo quitan a los ricos para devolvérselo a los
pobres, nada más lejos, ellos al contrario explotan y le roban a los pobres
para que los ricos lo sean cada día un poco más. Les rebajan los salarios,
facilitan los despidos, les ponen muy difícil la educación para que no
aprendan, les recortan la sanidad a ver si duran menos tiempo vivos, y
finalmente si los pobres han ahorrado algunos dineros a lo largo de su vida,
cosa que para los ricos no se puede consentir, rápidamente se ponen de acuerdo
con sus amigos banqueros para que les coloquen unas pocas preferentes.
Además no son patriotas
como nuestro querido Curro, porque éstos de hoy en día, por una parte se llevan
todo el dinero que pueden lejos de nuestro país, a esos paraísos fiscales que
tanto les gusta, y además se someten sin ningún reparo a los dictados de
personajes extranjeros y oscuros que mandan más que los millones de votos que
nosotros podamos introducir en las urnas.
Sí señores, el antifaz ha
sido sustituido por las corbatas y los gemelos, y las cuevas de los montes por
chalets, golf e impartición de conferencias magistrales. Así va el mundo, y así
vamos nosotros.
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