lunes, 17 de septiembre de 2012

¿Hereditarios o transferibles?

Yo pensaba que en nuestro país la única cosa hereditaria que existía en el ámbito de lo público y las instituciones, era la monarquía, aunque últimamente y tal y como van las cosas, quizás el príncipe Felipe igual ni llega a ejercer de rey, ya que sus cuñados y hermanas están trabajando más en favor de la república que los propios republicanos.

Pero bueno, parece que a la monarquía se le quiere añadir así "bajo cuerda" la política, aunque en este caso no sé si calificarla de hereditaria o de transferible a voluntad propia. Me explico.

Resulta que en Madrid y a partir de hoy, vamos a tener a nuestros dos máximos dirigentes, presidente de la comunidad y alcalde, encarnados en dos personas a las que nadie ha elegido y de las que muy poco sabemos. De una de ellas, la alcaldesa, sólo sabemos que fue colocada con calzador por su marido en las listas del ayuntamiento, y que poco a poco, a base de sumar peras con manzanas y churros con merinas, ha llegado, no se sabe muy bien cómo, a ocupar la alcaldía. Nadie duda de que además de no haber sido elegida ni votada para ello, su capacidad para el cargo dista mucho de la que debe tener el alcalde de la primera ciudad del reino.

De la otra sabemos aún menos. Del sr. Ignacio González, sucesor de Esperanza Aguirre, lo único que sabemos es que era la mano derecha de la lideresa, pero esa mano derecha que siempre va metida en el bolsillo y que nadie ha visto ni conoce. Bueno sí, sabemos que tiene alquilado un apartamento en Marbella por unos cuantos miles de euros, y que no está muy claro quién es el dueño del mismo ni lo que hay escondido en ese asunto.

De modo y manera que el Partido Popular ha creado una nueva forma de hacer política y presentarse a las elecciones, consistente en poner de número uno en las listas a una persona, que luego, por las causas que sean, "transfiere" amablemente el puesto a otro.

En fin, una tomadura de pelo más.

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