viernes, 30 de noviembre de 2012

Este mundo no es para mi

No sé muy bien si me pueden más las ganas de empezar a hacer burradas o las ganas de no hacer nada. Por una parte me hierve la sangre y por otra me hunde la desilusión, la decepción y la impotencia. A ratos saldría a la calle y me liaría a mamporros con todo lo que pillara, a ratos me vence una tremenda desgana y se me van las fuerzas y las ganas de luchar. Es una situación terrible y tremendamente destructiva para cualquiera, es una situación que, gracias a que aún mantengo la cabeza sobre los hombros y las neuronas a un razonable nivel de inteligencia, evita que comience a hacer locuras de las que luego seguro me arrepentiría.

Es difícil saber como, al menos yo e imagino que como yo muchísima gente más, cientos de miles o millones, podemos aguantar cada día que nos mientan, que nos desprecien, que se rían de nosotros en la cara, que nos tomen por seres menores, sin que empiecen a ocurrir cosas que nos lleven más tarde a una catástrofe final. Estamos demostrando una paciencia tan infinita que los gobernantes, los empresarios y directivos corruptos, los políticos ineficaces e ignorantes, los ricos que se llevan su dinero y en general toda esa tropa de despreciables personas que manejan todos los hilos, no se dan cuenta que ya estamos al límite y que cuando en algún momento ocurra algo que no debería ocurrir, se llevarán las manos a la cabeza preguntándose cómo ha podido ocurrir.

Yo soy una persona con formación, muy buena formación diría yo, y sin pretender ser vanidoso me atrevería a decir que por encima de la media. También soy una persona con una amplia experiencia profesional, directivo durante muchos años y que, por no haberme vendido ni haberme corrompido, las cosas no me van bien, más bien diría que bastante mal. He sido honrado y lo estoy sufriendo. Pero no quería hablar de mi.

Lo que quiero decir es que también soy una persona que tiene un hijo, un hijo con una excelente formación, y que con veintisiete años, no ha podido encontrar una oportunidad de trabajo en nuestro país, y que por tanto, se ha tenido que ir fuera de España a trabajar. Aún no sé lo que ocurrirá en el futuro, pero mi intuición me dice que es difícil que vuelva a España. Y lo que quiero decir es que mi hijo no se ha ido por "espíritu aventurero", se ha ido sencillamente porque quería trabajar, quería tener la oportunidad de iniciar su vida profesional y aquí ninguna puerta se le abría. Él no se hubiera ido, pero le han obligado, prácticamente podría decir que le han echado del país. Por eso mi indignación se eleva a niveles insoportables cuando oigo decir a la señora Secretaria de Inmigración, doña Marina del Corral que los "jóvenes se van por espíritu aventurero". No puedo soportar tanto desprecio y tanta prepotencia, tanta chulería y tanta ignorancia. No puedo soportar que nos digan día tras día que somos los culpables y responsables de algo que solamente los políticos, los banqueros, los especuladores y toda la tropa de corruptos que forman ese mundo, han generado y siguen manteniendo.

No señora, quizás sus hijos y los hijos de sus amigos y círculos corruptos de poder sean los que se vayan unos meses al extranjero a vivir alguna aventura, pero nuestros hijos o al menos el mío, se han ido porque ustedes les han echado, porque ustedes les han cerrado todas las puertas obligandoles a emigrar, y porque los que no tenemos ninguna "agarradera" con los círculos de poder, no tenemos la menor posibilidad de conseguir un trabajo para nuestros hijos o para nosotros mismos.

No continúen insultándonos de esta forma, porque llegará un día que no podamos soportarlo más y se arrepentirán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario